Amenazas apagan la Iglesia Maradoniana en Puebla

🔸 El recinto dedicado a Diego Armando Maradona cerró sus puertas tras presiones y rechazo de vecinos en San Andrés Cholula

#PUEBLA | Después de más de cuatro años de operaciones, la única Iglesia Maradoniana en México cerró definitivamente sus puertas tras enfrentar rechazo y amenazas por parte de vecinos del municipio tradicionalmente católico de San Andrés Cholula.

La Iglesia Maradoniana de México, ubicada en este municipio poblano y segunda en el mundo fuera de Argentina, fue inaugurada en 2021 por Marcelo Salvador Buchet, un argentino radicado en el país. El espacio funcionaba como un homenaje cultural y paródico al legendario futbolista Diego Armando Maradona, reuniendo a aficionados mediante charlas, celebraciones y actividades futboleras con acceso gratuito.

A pesar de definirse como un proyecto simbólico respeto a creencias diversas, el recinto enfrentó desde sus primeros años el rechazo de vecinos y sectores de la comunidad, que consideraron inapropiado el uso del término “iglesia” y su presencia en una zona con fuerte tradición católica. La tensión escaló hasta incluir amenazas en contra de los fundadores y hostigamiento constante, que finalmente llevó al anuncio del cierre definitivo del lugar.

La Iglesia Maradoniana contaba con símbolos y rituales propios inspirados en la carrera del extinto astro argentino, incluyendo una alfombra verde que simulaba una cancha, fotografías de momentos icónicos, así como lo que sus seguidores llamaban “mandamientos maradonianos”, entre los que destacaban “La pelota no se mancha” y “Amar al fútbol sobre todas las cosas”.

Además de encuentros futboleros, el templo realizaba bautizos, bodas y celebraciones de fechas emblemáticas relacionadas con Maradona, aunque sin reconocimiento oficial por parte de instituciones religiosas formales. En varias ocasiones, estas actividades generaron reacciones públicas, incluida la aclaración de la Arquidiócesis de Puebla sobre la validez de los sacramentos oficiados en ese contexto.

El cierre de esta iglesia ha desatado un debate más amplio sobre los límites entre expresión cultural y respeto a las sensibilidades de comunidades profundamente religiosas, en un país donde la convivencia entre distintas formas de homenaje y tradición religiosa sigue siendo tema de discusión pública.

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