Aceite comestible en México: por qué se ha encarecido tanto en los últimos meses
Entre escasez de materias primas, alta demanda, guerras y una pandemia, el precio del aceite no consigue estabilizarse
En México se consume una gran cantidad de alimentos fritos o que requieren aceite para su elaboración; no obstante, desde hace algunos meses se ha visto cómo el precio del aceite ha ido aumentando a niveles nunca antes vistos por las familias mexicanas.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), el aceite comestible fue el producto cuyo precio más ha incrementado dentro de la canasta básica alimentaria; sin embargo, México no ha sido el único afectado, pues el precio de este neceser en la cocina ha tenido cambios en todo el mundo.
Se trata de un problema multifactorial que se acrecentó con los estragos de la pandemia por Covid-19, así como por la invasión a Ucrania. Aunque, pese a ello, este problema no se originó ahí.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, de acuerdo a sus siglas en inglés) advirtió de la problemática desde junio del año pasado, cuando destacó que el precio de los alimentos a nivel mundial presentarían un incremento, principalmente los aceites vegetales, cereales o azúcares. Incluso, señaló que se trataba del aumento más alto desde 2011.
El problema se debió a la subida de los precios en la cotización de la palma, la soya y la colza; materias primas con las que se fabrican los aceites más consumidos en el mundo. La palma se vio afectada por una baja producción en algunos países del sudeste asiático, mientras que la alta demanda hizo que el costo de la producción de soya elevara su precio.
Por esta razón, desde el año pasado se observó que varias presentaciones de aceite vegetal llegaron a duplicar sus precios: yendo desde los 28 pesos mexicanos, hasta los 58, en algunos casos.
De acuerdo con la FAO, a nivel mundial el precio de este bien comestible ha aumentado 46.5 por ciento en los últimos 12 meses. No obstante, en América Latina la inflación se vive de otra manera. Mientras que en Bolivia se llegó a adquirir una botella de aceite por un precio 9% más alto que en 2019; en otros países como Chile o Colombia se encareció por arriba de 60 puntos porcentuales; en México, se disparó hasta un 70 por ciento.
Sumado a esta problemática, la invasión de Rusia a Ucrania agudizó la escasez. Estos dos países son considerados como el “granero de Europa”; ambos concentran el 71% de las exportaciones de aceite de girasol a nivel mundial, por lo que el conflicto bélico contribuyó a un problema ya existente.
El suministro de aceite de girasol ha bajado a niveles mínimos con la guerra, afectando al mercado internacional, pero principalmente a China e India; los mayores consumidores de este producto por el tipo de dieta que llevan, así como por ser los países más poblados, explicó la licenciada en Negocios Globales, Aribel Contreras.
Aunque el aceite vegetal ya presentaba alzas al comienzo de la pandemia, derivado de las malas cosechas en Sudáfrica por la falta de personal, así como la creciente demanda en la industria de biocombustibles, la guerra en el Este europeo terminó por triplicar, en algunas regiones, los precios.
De acuerdo con el Banco Mundial, el aceite de soya tuvo un precio de 765 dólares por tonelada en 2019; hacia marzo del 2022 habría alcanzado un costo medio de mil 957 dólares. Por su parte, en Asia el precio del aceite de palma aumentó en un 200 por ciento, luego de que Indonesia, uno de sus productores más importantes del mundo, canceló la exportación de dicho producto para mantener las reservas nacionales.
Por su parte, el cambio climático también tiene injerencia en el asunto. El año pasado la sequía arruinó la cosecha de colza en Canadá y la de soya en Brasil, al tiempo que intensas lluvias terminaron por afectar la producción de aceite de palma en Malasia.
A nivel mundial, el aceite de palma es el más consumido con 74 millones de toneladas, seguido por el de soya (61), colza (28) y girasol con 21 millones de toneladas.