Jugadores de “Call of Duty” demandan a Activision por monopolizar ligas y torneos
El fabricante de videojuegos Activision Blizzard ha sido demandado en Estados Unidos por supuestamente restringir la competencia en los juegos organizados de su franquicia estrella, Call of Duty.
Los jugadores profesionales Héctor Rodríguez y Seth Abner afirman en una demanda antimonopolio presentada el jueves ante un tribunal federal de Los Ángeles que la empresa monopoliza ilegalmente el lucrativo mercado de las ligas y torneos del célebre videojuego.
Call of Duty, un juego de disparos en primera persona introducido por primera vez en 2003, es uno de los más vendidos de todos los tiempos de la industria y ayudó a impulsar Activision a miles de millones de dólares en ingresos anuales, según la demanda.
La compañía dijo en un comunicado que “se defenderá firmemente contra estas demandas, que no tienen ninguna base de hecho o de derecho”. Antes, había rechazado una demanda previa de los demandantes por “decenas de millones de dólares”.
Microsoft adquirió Activision el año pasado por 69,000 millones de dólares, en un acuerdo que aún enfrenta el escrutinio de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos, y en 2016 Activision pagó unos 46 millones de dólares para comprar Major League Gaming, que según la demanda era el principal organizador de competiciones de Call of Duty.
Las ligas y torneos del videojuego eran un “mercado de productos vibrante y competitivo” hasta 2019, cuando Activision se movió para abrir su propia liga y eliminar la competencia, según la demanda, que acusa a la empresa de haber impuesto disposiciones contractuales “draconianas” a equipos y jugadores.
Los equipos que no accedieron (o no pudieron) a las demandas extorsivas de Activision fueron eliminados por completo del mercado profesional de Call of Duty”, señala el documento. La empresa de Rodríguez, HECZ LLC, también es demandante.
El año pasado, Activision llegó a un acuerdo en una demanda del Departamento de Justicia de Estados Unidos en la que se acusaba a la compañía de suprimir los salarios de los jugadores en las ligas profesionales de deportes electrónicos. La firma aceptó abstenerse de limitar salarios, pero no admitió haber cometido ningún delito.